SALGADO
De pronto lo embargó una sensación muy dulce, cuando notó que la hierba atravesaba su cuerpo y lo inundaba. No se asustó. Al revés, tuvo la placida impresión de convertirse en un manto verde mecido suavemente por el viento.
Después hubo un momento en el que no supo donde terminaba él o empezaban las plantas de alrededor, hasta que sin darse cuenta acabó por fundirse con ellas. Así, llegó hasta el suelo, se deshizo, y se disolvió en él, dejando la tierra empapada.
Cuando fueron a buscarle solo encontraron sus ropas extendidas sobre la hierba y un olorcillo a porrito cojonudo. Nadie lo vio más. Algunos de los que le conocían lo lamentaron mucho, pero otros se sonrieron.
2 comentarios:
Muchos quisieran morir asi!
Seria una buena muerte, quizas no muerte, sino simple desaparicion.
No se si incluirme en ese grupo jeje. La muerte me asusta.
Muchos quisieran morir asi!
Seria una buena muerte, quizas no muerte, sino simple desaparicion.
No se si incluirme en ese grupo jeje. La muerte me asusta.
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