LA MAQUINA DEL TIEMPO
Era un tipo tan atareado, responsable y bien organizado que cuando le tocó la lotería se compró tres coches. Uno para usarlo en el trabajo, que tanto le ocupaba; otro para tener contenta a la familia, que tanto le preocupaba; y el tercero para él solo, los pocos ratos que se desocupaba.
Pero de tanto currar acabó quemando el coche del trabajo y empezó a utilizar para ello el coche de la familia. Así es que la familia, empezó a su vez a coger su coche particular pese a ser más pequeño.
Unos meses después, también el segundo coche se quemó. Tubo que empezar a usar su coche personal para el trabajo y su familia se quedó sin coche.
Cuando un día a la salida del trabajo, este tercer coche también se le quemó y su familia no lo pudo ir a recoger, tubo que tomar un taxi. En el trayecto a casa, mientras el taxista se quejaba de tener un único coche para su vida laboral, familiar y personal, de repente lo vio claro.
Pidió un coche de empresa, compró uno nuevo a su familia y él empezó a caminar más que antes. Además también se prometió a si mismo que nunca más jugaría a la lotería.
Pero de tanto currar acabó quemando el coche del trabajo y empezó a utilizar para ello el coche de la familia. Así es que la familia, empezó a su vez a coger su coche particular pese a ser más pequeño.
Unos meses después, también el segundo coche se quemó. Tubo que empezar a usar su coche personal para el trabajo y su familia se quedó sin coche.
Cuando un día a la salida del trabajo, este tercer coche también se le quemó y su familia no lo pudo ir a recoger, tubo que tomar un taxi. En el trayecto a casa, mientras el taxista se quejaba de tener un único coche para su vida laboral, familiar y personal, de repente lo vio claro.
Pidió un coche de empresa, compró uno nuevo a su familia y él empezó a caminar más que antes. Además también se prometió a si mismo que nunca más jugaría a la lotería.